El Parque Lezama está entre las calles Defensa, Brasil, Av.Paseo Colón y Av. Martín García, San Telmo. En la época de la colonia se lo conocía como "La punta de doña Catalina" y en otra época como "La quinta de los ingleses" que se inauguró en noviembre del 1917. El terreno que ocupa el Parque Lezama era el jardín de la casa de Gregorio Lezama, quien aficionado a la jardinería y el paisajismo plantó diferentes clases de árboles. En los alrededores esta el bar Británico, la Iglesia Ortodoxa Rusa. Por dentro se destaca la Loba Romana, el Anfiteatro, una fuente Du Val D ́Osne, el Mirador, el monumento a la Cordialidad Internacional, El conocido museo Histórico Nacional y varios lugares dignos de visitar. El Museo Histórico se instaló desde 1897 siendo el más antiguo de la ciudad y el mas grande con una superficie de 8 hectáreas. En el reparto de tierras en 1583 realizado por Juan de Garay, estos terrenos fueron adjudicados al Capitán Alonso de Vera.
Reseña histórica: Fue creado sobre una de las barrancas naturales de la ciudad. El lugar era conocido como la Quinta de los ingleses, por sus dueños originarios. En 1700 se instaló una barraca perteneciente a la Compañía de Guinea, dedicada al tráfico de esclavos negros.
Algunos historiadores sostienen que en esas tierras fue establecido el primer asentamiento que tuvo Buenos Aires, en 1536, por Don Pedro de Mendoza.
El origen del parque fue la quinta de Horne, de propiedad de Carlos Ridgely Horne, norteamericano nacido en Baltimore en 1801, casado con una Argentina, hermana del general Lavalle. Este había llegado a Buenos Aires en 1830. La quinta que adquirió conocida como "la cuesta de Horne" estaba al lado de la quinta del Almirante Brown. En 1907 la vendió a 900 mil pesos al salteño Gregorio Lezama casado con doña Ángela de Álzaga en segundas nupcias.
La barranca era a fines del siglo XVIII propiedad de Manuel Gallego y Valcárcel, secretario del Virrey Pedro Melo de Portugal quien es el que le vende en plena Subasta a Daniel Mackinlay. El ingles Daniel Mackinlay nace en Londres en 1772. Su mujer era Ana Lindo había nacido en Jamaica en 1782 siendo hija de un aristócrata español. Mackinlay, quien la había adquirido la casona de 42 habitaciones en una subasta publica instaló su quinta y levantó la casa, sobre la barranca y frente al río. Sobre el edificio flameaba la bandera inglesa, por ese motivo la gente se acostumbró a llamarla "La quinta de los ingleses". Daniel Mackinlay era herrero y fallece luego de habitar la quinta 14 años en 1826.
Veinte años después de la muerte de su consorte en 1845, su viuda vendió la casona a Carlos Ridgely Horne, quien amplió la residencia adquiriendo terrenos vecinos. Ana Lindo se refugia en Inglaterra. Horne anexó varios terrenos e hizo construir una nueva mansión sobre la calle Defensa que fue la más lujosa de Buenos Aires. Horne fue expulsado después de Caseros por la buena relación con Rosas y en 1857 la propiedad fue confiscada después de la caída de Rosas y Horne se instala en Montevideo. La casona fue escenario de combates, entre las fuerzas porteñas y el coronel Hilario Lagos.
A principios de este siglo en 1857 la quinta fue comprada por el salteño Gregorio de Lezama para instalar su casa de veraneo. Su esposa María Carolina de Álzaga, amante de las plantas exóticas, hizo traer colecciones de ejemplares de todas partes del mundo que aún algunas se conservan. Ella era hija de Félix de Álzaga. Lezama con su esposa tuvieron un solo hijo Máximo que fallece en París a los 27 años. Ellos vivieron 17 años en la casona. Fallecida su primera esposa Lezama se casa en segundas nupcias con su cuñada Ángela de Álzaga. Ella fue quien sobrevivió a su esposo Lezama también había anexado un terreno vecino extendiendo la propiedad hasta la calle Brasil. Contrató en Europa un especialista en el trazado de parques Varekee, y consiguió poseer el parque privado más hermoso de Buenos Aires. Eran famosas las magnolias que cubrían canteros bordeados de Arrayanes. Amplió y mejoró la mansión de dos pisos rematados por un alto mirador, los salones de la residencia fueron decorados por el artista uruguayo León Pellejó.
Cuando Gregorio fallece su viuda lo cedió a la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires en 1894 por una suma irrisoria, a condición de que fuera un parque público y llevara el nombre de su marido. Desde 1897 funciona en la mansión el Museo Histórico Nacional (Defensa 1600) que se conserva allí entre varios objetos una reliquia de valor incalculable: El estandarte real (que era el símbolo de poder del rey) que regaló al Cabildo porteño el capitán don Hernando de Vargas en 1605 ( año de la gran epidemia de viruela en Buenos Aires que deja la ciudad desprovista de sirvientes y mano de obra). A destacar Don Hernando de Vargas fue el primer contador de Buenos Aires designado por el rey y enemigo personal de Hernandarias.
La versión oficial de la primera fundación de la ciudad indica que el lugar fue Parque Lezama y/o sus alrededores. Sin embargo, esa afirmación no es el resultado de una lectura seria de los documentos de la época, sino de la visión que se tenía en 1936, cuando se decide sobre esta teoría después de considerar cómo los conquistadores debieron haber pensado la fundación".
Se realizó excavaciones en el inmenso predio de Parque Lezama y no halló ninguna evidencia de la llegada del conquistador español Pedro de Mendoza a estas tierras hace casi cinco siglos.
Hacia fines del siglo XVIII el terreno del museo pertenecía a Juan Necochea Abascal. La actual calle Defensa con el linde con el parque tenia la barranca de Ventura Miguel Marcó del Pont y se la conocía como Barranca de Marcó. Alli era un predio propicio para duelos. A ambos lados la que daba sobre Brasil era propiedad de la Real Compañía de Filipinas, cuyo apoderado era Martín Sarratea, asiento de negros esclavos cuando desembarcaban y antes de su remate y hacia Martín García la propiedad de Andrés Caxaraville. La barranca era a fines del siglo XVIII propiedad de Manuel Gallego y Valcárcel, secretario del Virrey Pedro Melo de Portugal quien es el que le vende en plena Subasta a Daniel Mackinlay.
Hacia fines del siglo XVIII el terreno del museo pertenecía a Juan Necochea Abascal. La actual calle Defensa con el linde con el parque tenia la barranca de Ventura Miguel Marcó del Pont y se la conocía como Barranca de Marcó. Alli era un predio propicio para duelos. A ambos lados la que daba sobre Brasil era propiedad de la Real Compañía de Filipinas, cuyo apoderado era Martín Sarratea, asiento de negros esclavos cuando desembarcaban y antes de su remate y hacia Martín García la propiedad de Andrés Caxaraville. La barranca era a fines del siglo XVIII propiedad de Manuel Gallego y Valcárcel, secretario del Virrey Pedro Melo de Portugal quien es el que le vende en plena Subasta a Daniel Mackinlay.
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