miércoles, 14 de marzo de 2012

Sergei Mikhailovich Eisenstein: Ingeniero y místico de la imagen

Sergei Mikhailovich Eisenstein  1898-1948

Director de cine y de teatro soviético, uno de los grandes teóricos del cine.

Para el estudioso de la obra de Eisenstein resulta sobremanera tentador realizar una incursión y valoración de los múltiples vectores que movieron y condicionaron su pensamiento. Pero dado lo enciclopédico de su cultura y su permanente curiosidad hacia todas las ramas del saber, este estudio que hasta la fecha no ha sido realizado de un modo sistemático y profundo, se presenta como una tarea abrumadora y, lo que es más delicado, difícil por la escasez de documentos de primera mano.

Sin embargo, el autor no ha podido resistir a la tentación de efectuar aquí, creo que por vez primera, un ensayo de balance y «codificación» de las principales líneas de fuerza que guiaron su pensamiento, dejando bien sentado que se trata de un primer intento, un tanto esquemático y provisional, que habrá que profundizar, completar y revisar cuando se disponga de todo el material de sus Obras completas, incluidos los proyectos y guiones abortados, cercenados o simplemente prohibidos.

A) Formación científico-técnica

Sergio Mijailovich Eisenstein era hijo de Mijail Osipovich Eisenstein, que fue ingeniero y arquitecto municipal de Riga, hasta que en 1909 fue nombrado ingeniero municipal de San Petersburgo, a dónde se trasladó con su familia.

Terminados sus estudios de segunda enseñanza en Riga, Sergio Mijailovich ingresó en setiembre de 1915 en la Escuela de Ingeniería Civil de San Petersburgo, aunque abandonó sus estudios al tercer año (1918) para alistarse como voluntario en el Ejército Rojo. Su atracción por las artes se manifestó muy tempranamente; el teatro le interesaba vivamente desde que en 1913 asistió en Riga a una representación de La princesa Turandot, en la puesta en escena de Comisarzhevski, y de Mascarade, por Meyerhold, en el teatro Alexandra. También el circo le había fascinado desde niño, como confiesa en Film Form, y desde muy temprana edad había manifestado gran facilidad para el dibujo. No es raro, pues, que esta dualidad Arte-Tecnología le llevara a frecuentar también la Escuela de Bellas Artes de San Petersburgo desde 1915, para estudiar Arquitectura, en donde se produjo precisamente la revelación del Renacimiento italiano y de la gran figura de Leonardo, que avivaron aún más su vocación artística.

En el artículo Cómo me hice director encontrará el lector una explicación viva y apasionada de este itinerario relámpago que le llevó de las ecuaciones diferenciales hacia el horizonte de la creación artística:

«Más adelante he agradecido al destino el haberme infligido este choque -escribe- en el momento en que había ya pasado la totalidad de mis exámenes de matemáticas, comprendido el cálculo integral y diferencial, del que actualmente -y lo mismo para las otras ramas- no me acuerdo de nada.Sin embargo, gracias a esta disciplina se formó mi gusto por el pensamiento racional, mi amor por la exactitud matemática y la precisión.»

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