Aun cuando los editores presenten al libro como un día en la vida de Leopoldo Bloom y Stephen Dedalus, la complejidad no está en la extensión en el tiempo sino en la profundidad del relato. En la variaciones que siente el que lee que va de la retorica a la imagen de cine.
Como fuera, valen las reglas del artista y no las del lector
La cena de hace unos días con Booth, Lencinas, Lacunza y Di Veglio nos dejo varios temas y este en particular que discutimos con el Lobo: Como y para quien se expresan las ideas en política.
Son las dos de la mañana y estamos cerrando un informe para la Secretaria de Comunicación.
Tienen un área que analiza noticieros y medios pero aun el más atento estudiante de ciencias políticas, periodismo o sociología no logra poner en contexto toda la información disponible.
Estamos en la esquina de Montes de Oca y Martin Garcia. En uno de estos extraños enclaves que han nacido en Buenos Aires. De día es una especie de pizzería de menú variado, pero de noche es lo que un sociólogo llamaría el zoológico. …
Claro, en el supuesto que algún sociólogo supiese, y no de mentas, que cuernos es un zoológico.
- Cuando se trata de análisis político, a diferencia de la literatura, las reglas se invierten e interesa más la construcción del mensaje en función del destinatario que la técnica de escritura del autor. Creo que a punto tal, que si la técnica de escritura contradice el objetivo de llegada al receptor, el propio análisis queda invalidado.- Hace un pequeño gesto con la mano para continuar:- al menos como mensaje. Quedara por evaluar si la idea subyacente tiene la fuerza de penetrar otras almas.
La idea que el Lobo empieza a desarrollar nació de un enunciado: Sera entonces que en la escritura de ensayos y esencialmente el análisis político o histórico, no hay lectores sino destinatarios.
No existe una imagen de persona curiosa que busca una opinión, sino de persona comprometida que busca aprender, polemizar o disentir.
- Al menos como imagen del destinatario del mensaje político se debe pensar en el comprometido. No digo ni convencido, ni militante sino comprometido- dice mientas juega con un cigarrillo no encendido que le calma la ansiedad por fumar.
El mozo mira cada tanto como para asegurarse que el cigarrillo sigue ahí: como una promesa de humo pero con su presente de ansiolítico…
No recuerdo bien cuando fue que deje de fumar. Creo que fue en el 2003, estando en Brasil, trabajando para un proyecto en el verano de ese año.
Si fue ahí. Estaba con un resfrío de aquellos y la congestión me impedía respirar bien, dormir bien. El hecho es que no podía quedarme en la cama. El proyecto era demandante.
Entonces deje de fumar digamos por unos diez días.
Cuando me sentí mejor percibí que cuando corría no sentía ese dolor en la espalda que atribuía al cigarrillo. En realidad el dolor aparecia pero después de un tiempo mayor. Pero el dolor no era por el cigarrillo. Eran las arterias y no los pulmones. Pero esa es otra historia.
- Te quedaste colgado. ¿En que pensabas? Pregunta el Lobo.
Y continúa:
- Por eso no es un detalle menor el modo en el que se expresan las ideas escritas.
Abre un recorte de un diario en un punto que había marcado anteriormente.
- Centrémonos en este caso en uno de los representantes de Carta Abierta: Ricardo Foster.
Foster tiene un nivel de exposición televisivo y en el periodismo grafico que excede el de cualquiera de los integrantes de Carta Abierta por lo que las reglas que acabamos de enunciar se aplican más estrictamente.
-Escribe y habla para un público amplio. Y la mayor parte de ese público es el lector ávido por la polémica y la comprensión al que me refería.
Habíamos discutido los otros días sobre Foster y Carta Abierta y acordamos que son parte del movimiento nacional en su compromiso y acción, por eso este análisis es crítico en el sentido de revisar el valor de la actividad de Foster, Horacio Gonzalez y Carta Abierta en función al aporte militante al movimiento nacional.
El Lobo lee un párrafo de Foster escrito en Tiempo Argentino:
- “…Nada más fértil para la democracia y para darle mayor consistencia y hondura a un proceso de transformaciones como el que viene dándose en Argentina desde mayo de 2003 (algunos prefieren hacer retroceder esa fecha a diciembre de 2001 y al alcance exponencial del estallido que condujo a la crisis decisiva del modelo neoliberal; yo me inclino por destacar lo azaroso y rupturista de lo abierto cuando ese casi desconocido político patagónico se metió por una mínima fisura dejada en el muro del sistema por la caída en abismo del país en ese verano del 2001-2002) que la emergencia de diversas opiniones y concepciones que sean capaces de dirimir públicamente el sentido de los acontecimientos…”
Este es un Foster “domesticado” pienso para mí, ya que por ejemplo leer alguna nota del mismo en 2007 o 2008 cuando empezó a surgir mas masivamente, era un ejercicio de difícil comprensión.
Parecía que entendía al igual que Joyce que lo importante era la regla del escritor. Y entonces en función de recuperar la palabra frente a la venalidad de los años anteriores, hacia construcciones barrocas y difíciles de seguir al punto que la idea quedaba escondida.
El Lobo ha reescrito el párrafo:
“…Para darle mayor consistencia y profundidad al proceso iniciado en mayo del 2003 lo mejor es la aparición de opiniones y concepciones diversas.
Estas opiniones serán fértiles en tanto sean capaces de dirimir públicamente el sentido de los acontecimientos.
Algunos prefieren hacer retroceder la fecha de mayo de 2003 a diciembre de 2001 ligándolo al estallido que condujo a la crisis del modelo neoliberal (crisis decisiva a mi entender).
Pero yo me inclino por destacar que el proceso abierto por Kirchner, un político desconocido, fue azaroso. Al punto que se metió por una mínima fisura del sistema durante la caída en abismo en el verano del 2001-2002.
Y en ese sentido fue y es un proceso rupturista..”
Le pega a una pitada al cigarrillo apagado y se da cuenta que eso es una situación graciosa. Se sonríe.
Tomo los dos textos y los leo nuevamente. Cuento las letras de cada escrito y los párrafos y le digo:
- Foster uso 116 palabras en un párrafo y vos utilizaste 117 en cinco. Desde el punto de vista del editor periodístico 116 es un número preferible a 117 pero este es un análisis político de modo que me cago en el editor periodístico. Pero sobre todo veo que resumís en la primera frase lo que él quiere apuntar , pero por su estilo deja al final de su párrafo. Precedido además por una catarata de conceptos que no solo hay que separar sino incluso sostener.
Hace un gesto como D’Arienzo cuando le marcaba al bandoneonista un ritmo:
- Exacto, mi amigo. El texto del informe político a diferencia del ensayo sociológico o la literatura, no se basa en la conjunción de conceptos en frases largas sino en su apertura. De modo que cada enunciado pueda ser seguido. Es un ejercicio que solo se adquiere cuando se escribe para personas comprometidas. Entonces uno siente que debe mostrar claramente la parte de cada idea y no enunciarla para regodearse de su complejidad
Saca otro papel de sus carpetas. Es la famosa carta de Kirchner a Feinmann cuando este contesta a una entrevista y hace sus habituales criticas de niño terrible, en la que el ego por mostrar inteligencia y espíritu critico supera con creces el del comprometido con una causa.
Lee los tres primeros párrafos:
“…Hay veces que me decepcionás y otras que no. Los dos tenemos una historia anterior. Cada uno de nosotros sabe cuál es.
Cuando decís que no hemos resuelto la exclusión social sos injusto y cómodo a la vez.
Hemos bajado casi 30 puntos la pobreza, hemos llevado la indigencia a menos de la mitad, y la desocupación ha bajado entre 12 y 14 puntos. Se redujo considerablemente la mortalidad infantil y la deserción escolar. ..”
Es un excelente ejemplo, pienso
Tres párrafos concisos, yendo directo al punto y usando datos duros. Algo que personas que provienen de la sociología no deberían desestimar con la frecuencia que lo hacen.
Recuerdo ahora que hay un episodio del Ulises que se llama Nestor, en referencia al héroe mitológico de la Odisea.
El Nestor de la Odisea era un argonauta. El nuestro es un eternauta.
Es toda una lucha recuperar el sentido de las palabras cuando la ideología neoliberal las ha ridiculizado e incluso cambiado el sentido, imitando el uso de remeras con la imagen del Che.
Pero esa lucha no puede dejar de lado la explicación. En un informe o análisis político es tan importante que de no existir, el enunciado mismo del análisis se pierde. Se desmerece.
Dejemos al arte y al alma de los artistas los vericuetos de palabras, la candela de las emociones.
Dejemos que ese patrimonio humano resida en las obras como el Ulises de Joyce.
Y usemos nosotros, al hacer política, nuestro pulso firme para escribir lo que pensamos y hacia quienes va ese pensamiento.
Ebais
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